Durante estas fechas pasaremos la mayor parte del tiempo alrededor de una mesa; y es que la comida toma un papel protagonista en estos días, por delante incluso de los villancicos o los regalos. La comida y cena de Navidad son una tradición más.

Cada casa tiene su plato típico de las fechas señaladas; pero a muchos les encanta sorprender en las cenas de Navidad; aunque lo importante siempre es el sabor y la compañía. Por eso, hoy queremos traerte una guía para ser el anfitrión perfecto en esta fiestas.

¿Por dónde empiezo?

Lo primero para organizar una cena de Navidad son los invitados. ¿Cuántos van a ser? ¿Son niños o adultos? ¿Intolerancias o alergias? ¿Preferencias? Cuánta más información sepas de ellos, más podrás adaptar el menú a su gusto.

Lo segundo, es cuadrar la fecha. En días tan señalados es complicado lograr coincidir todos. Además, muchas personas no disfrutan de festivos y hay que pensar también en los que salen de trabajar; por lo que os recomendamos no poner una cena antes de las diez de la noche si queréis que vuestros invitados lleguen a tiempo.

Como última preparación, intenta organizar todo con bastante antelación para poder hacer la compra, no sólo de comida, si no también de decoración y accesorios. Una mesa bien vestida lucirá mucho más tu menú.

Tabla de quesos con jamón y copa de vino

¿Qué preparo para cenar?

Una vez tengas el Cuándo, Dónde y Con Quién, sólo falta el Qué. Sin duda la comida tiene que ser la protagonista de la noche. Como ya hemos dicho antes, cada cual guarda su As bajo la manga en la cocina; ese plato estrella que nunca falla. Hoy es el día de sacarlo a relucir; y es que como dicen por ahí «más vale malo conocido, que bueno por conocer«. No experimentes en una cena de Navidad; y si lo haces, que sea con el tiempo suficiente para poder salvar la situación.

A pesar de los trucos de cada uno, hay platos típicos que no fallan a la mesa. El jamón, el foie, el marisco, el asado, el pescado, los guisos y sopas… Sin duda alguna, no fallarás si aparecen en tu mesa, pero si te apetece ser más original y llamar la atención de tus invitados; puedes reinventar recetas clásicas (eso si, siempre con una prueba previa a la cena de Navidad).

La clave es preparar platos ligeros de aperitivo, para dejar hueco al plato principal (nadie quiere pasarse horas cocinando para que luego la gente deje la comida en el plato). Te dejamos algunas ideas para los más sencillos:

  • Ruedas de salmón ahumado y queso al cebollino – enrolla salmón ahumado y queso crema con un toque de cebollino en una crêpe y córtalo a rodajas.
  • Chips de verduras variadas – corta rodajas finas de verduras como calabacín, berenjena, patata o boniato y hornéalas 15′ a 200℃
  • Deconstrucción de croqueta – en un vasito, sirve una capa de jamón, cúbrelo con una capa de bechamel y espolvorea por encima con un crujiente de pan rallado.
  • Champiñones rellenos de queso azul y nueces – limpia los champiñones y hornéalos del revés con una cucharada de queso azul y nueces por encima.

Piensa que muchas de estas elaboraciones, las puedes dejar preparadas el día anterior. Esto es clave para poder disfrutar al máximo de la celebración y ahorrarte trabajo y agobio cuando tengas las casa llena de invitados.

¿Carne o pescado?

Tener que decidir entre carne o pescado es una de los dilemas más presentes en estas fechas. Tanto que los principales platos estrellas de las fiestas son a partes iguales los asados como los guisos de pescado. Entonces, ¿cómo decidir qué plato servir? Como ya hemos dicho antes, las preferencias de nuestros invitados nos ayudarán a confeccionar nuestro menú; pero hay otro factor mucho más útil a la hora de decidir qué cocinar.

Si el número de invitados a la cena es elevado, recomendamos optar por la carne. Ya sea un asado, un guiso o una cacerola; la carne suele ser menos delicada a la hora de cocinarla en grandes cantidades; mientras que con el pescado nos arriesgamos a que no esté en su punto si hay que prepararlo para muchos comensales.

¿Y de postre?

Los clásicos por excelencia de estas fechas son los turrones, polvorones, mantecados, roscos de vino, barquillos y demás. Pero si quieres poner la guinda a la noche, puedes atreverse también a preparar el postre tú mismo.

  • Tronco de Navidad – prepara un bizcocho muy fino, rellénalo a tu gusto y enróllalo. Cúbrelo todo con frosting de chocolate y decóralo con las vetas de la madera y azúcar glass espolvoreado.
  • Estrella de Navidad – rellena dos hojas de hojaldre con crema de chocolate, córtalo en forma de molino de viento y enrolla las «aspas» sobre si mismas.
  • Mousse de limón – monta nata y con suaves movimientos añade zumo de limón, leche condensada, ralladura de limón y yogur. Déjala reposar en la nevera antes de servirla.

Muchas páginas especializadas ofrecen cientos de recetas para prepara en estos días, algunas con más elaboración que otras. También hay gente que prefiere no ensuciarse las manos estos días y opta por contratar un catering o prefiere salir a comer a un restaurante.

Seas como seas, una cosa está clara. La comida no puede faltar a la mesa en estos días; así que prepara el cinturón para tener que hacerle un par de agujeros más, o simplemente, ¡quítatelo!

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